Antes me solía decir mi abuela que uno se ponía sus mejores galas o trajes para ir a la feria, ayer el R. Madrid nos hizo uno a medida, la peor goleada encajada jamás en el Ramón Sánchez Pizjuán. Y es que desde el primer minuto se vio un equipo en el terreno de juego, y once jugadores que corrían sin ningún orden ni sentido, con un dibujo inicial difícil de asimilar.
Si que es cierto que el Sevilla tenía muchas bajas importantes, pero eso no es excusa para salir enchufado y concentrado desde el inicio, y es que este equipo huele a fin de trayecto desde hace demasiado y ni la directiva ni el entrenador han podido modificarlo. Un diez como siempre a la afición que desgraciadamente es de lo poco que se salva de una noche aciaga de Feria. Seguimos a la espera.