Eso es lo que, según el presidente Del Nido, debe ser el Sánchez Pizjuán cada vez que un equipo nos visite.
Desde el inicio de temporada, desde el club, se viene diciendo alto y claro, que el objetivo principal marcado para este año es la clasificación para disputar la Champions League el año que viene. Quizá algunos soñaban con algún título, es lógico viendo la racha que llevábamos, pero hay que dejar claro que ese no era el objetivo.
Ahora que se acerca el final del campeonato, estamos en una posición de lujo en la tabla clasificatoria para conseguir el ansiado objetivo. Todos recordamos el placer que provocaba ver a tu equipo codearse con los mejores, engalar Nervión con los carteles de la Champions y escuchar ese himno que sólo imaginarlo ya pone el vello de punta.
Queda poco y está cerca, por eso ha llegado el momento de apretar los dientes, cerrar los puños y hacer un último esfuerzo. El equipo debe responder a las exigencias, pero nosotros también.
Hace poco vivimos en Bilbao lo que puede llegar a suponer el ambiente en un campo de fútbol, pudimos sufrir en nuestras carnes como toda una ciudad se volcaba con su equipo en busca de un objetivo común y eso es lo que ahora mismo, debe hacer el sevillismo.
Entre todos tenemos que convertir Nervión, como bien ha dicho el presidente, en un campo de minas deportivamente hablando. Quedan 11 partidos de los que 5 se jugarán en Nervión. Si el equipo consigue sumar esos 15 puntos y algún otro a domicilio, el objetivo se habrá cumplido.
Ahora más que nunca la afición debe respaldar al equipo, olvidarse de las rencillas, los diferentes criterios y remar todos en la misma dirección. Esa es la receta del éxito, la que nos puede llevar de nuevo a codearnos con los mejores.
Está en nuestras manos, son sólo 5 partidos.
Nervión debe ser un campo de minas, diga que sí presidente.