Supongo que esta noche no habrá nadie que ponga en duda la teoría de que jugar mejor suele ser sinónimo de victoria.
Esta noche el equipo ha hecho lo que tanto se le venía exigiendo durante toda la temporada: jugar bien al fútbol y la primera consecuencia ha sido, dejando de lado el disfrute de sus aficionados, el abultado resultado con el que ha acabado el partido.
Hoy no han habido pitos ni pañuelos y eso que el entrenador sigue siendo el mismo, hoy lo que ha habido sobre el césped del R.S.Pizjuán ha sido un equipo que ha salido por la victoria desde el inicio, presionando la salida del balón del equipo rival, mordiendo en cada balón dividido y jugando rápido buscando las bandas.
Está claro que un equipo no siempre juega bien al fútbol, pero por encima de todo está la voluntad de hacerlo y de eso esta noche el equipo ha ido sobrado.
Para empezar Jiménez ha medio-sorprendido alineando a Romaric en la banda zurda en detrimento de Capel o Perotti. Con el marfileño en el costado el equipo tenía más el balón pero con menos profundidad, de ahí que en el primer tiempo el juego haya sido algo más lento, pero suficiente como para adelantarse en el marcado gracias a un golazo de Kanouté.
Lo de este hombre es de monumento.
Primer hattrick en la Liga española, lo que le pone a tan sólo un gol de empatar con Suker y encabezar la lista del mejor goleador extranjero de la centenaria historia del equipo.
Sencillamente majestuoso.
El equipo pucelano ha conseguido empatar, como ya viene siendo habitual, en una jugada a balón parado en la que Goitom, más solo que la una, se ha adelantado a Palop para hacer el 1-1.
La alegría castellana ha durado poco, lo justo para que J.Navas pusiera una nueva asistencia de gol, y otra vez Kanouté, deshiciera el empate.
El resultado hacia justicia a los méritos de ambos equipo, pero lo mejor estaba por llegar.
En el segundo tiempo y en otro alarde de valentía, Jiménez retiraba del terreno de juego a un apagado Duscher para dar entrada al joven Perotti, desplazando a Romaric a su lugar natural en el centro del campo.
A partir de ahí llegó el vendaval de juego y ocasiones. El Sevilla, con dos extremos puros y dos centrocampistas de corte ofensivo, movía el balón a su antojo mientras los vallisoletanos sólo podían perseguir sombras.
En una de esas jugadas, un balón en profundidad para Luis Fabiano lo aprovechaba el brasileño para batir al meta visitante haciendo el tercero de la noche y rompiendo su mala racha con el gol en la Bombonera.
Minutos más tarde y para redondear la noche, Kanouté hacia el cuarto con un impecable remate de cabeza llegando desde atrás, lo que provocaba el delirio en las gradas.
Era el minuto 70 y el partido ya estaba sentenciado.
De ahí al final prosiguió el baño de juego de los nuestros para disfrute de todos los sevillistas.
El equipo llega en buena forma a la recta final, manteniendo el colchón de puntos y dando una imagen inmejorable. Está claro que ahora que jugamos un partido cada semana y que las lesiones nos respetan el equipo está dando muestras del nivel de juego que es capaz de dar.
Esto es lo que se espera del equipo y hoy lo han dado todo.
Esta noche el equipo ha estado de mamazo.
Está claro que jugar bien no siempre significa ganar pero pocas veces el equipo caerá derrotado haciendo partidos como el de esta noche.
Quizá todavía los haya que prefieran ganar 1-0.