Antes de empezar a hablaros del partido, quiero pedir disculpar por anunciar la emisión a través de internet del partido de hoy cuando en realidad esa emisión no estaba programada.
Cuando ayer miré la programación de Sevilla FC TV esto fue lo que vi:
Como veréis a las 19:30 estaba programada la emisión del partido….a través de SFC Radio.
Lo siento, se me escapó ese detalle, pero dejadme que os diga, en mi defensa, que nunca imaginé que a través de la TV se pudiera retransmitir un partido por radio….existiendo ya una Radio.
En cualquier caso, para los que hayan intentado ver el partido a través de SFC TV por internet, quiero pediros disculpas…como mínimo espero que hayáis disfrutado de la retrasmisión de radio.
Al final la emisión se ha podido seguir a través de Athletic Club TV, también a través de internet.
Y ahora sí, hablando del partido….¡Dios qué partido!.
Ha sido la final soñada, con emoción, rachas de buen juego, momentos muy difíciles y una enorme alegría al final. Ha sido de esos partidos que hacen que los seguidores de este bendito deporte que es el fútbol, estemos orgullosos de esta bendita afición por el deporte rey.
El partido ha tenido muchas fases bien diferentes. Hemos empezado dominando, teniendo el control del partido y creando ocasiones, pero al final ha sido el Athletic el que se ha adelantado con un gran remate de cabeza.
El fútbol era injusto y premiaba al que menos lo había merecido.
A partir de ahí los vascos se hacían con el control del partido y anulaban todos los intentos de los nuestros por lograr el empate.
Así se llegó al descanso, con un resultado injusto para los méritos mostrados por ambos equipos.
En la reanudación los nuestros siguieron intentado encontrar el empate, pero los bilbaínos, muy bien asentados en el campo, abortaban cualquier ocasión de los nuestros y se hacían con el control del partido.
Los minutos pasaban y el empate cada vez parecía más difícil pues el Sevilla parecía haber olvidado su juego de toque y se dedicaba a intentar llegar arriba a base de pelotazos, hasta que a diez del final una jugada elaborada acababa en un trallazo de Luis Alberto, que firmaba el 1-1.
Parecía que la cosa podía cambiar pero tan sólo fue un espejismo pues, cuando todavía estábamos celebrando el gol, el Athletic hacía el 2-1 en una jugada por alto en la que la defensa pudo hacer algo más.
Lo que tenía que ser una inyección de moral se había convertido en un jarro de agua fria, sobre todo teniendo en cuenta que quedaba muy poquito para llegar al final.
La película parecía finiquitada, los vascos habían hecho los cuatro cambios, la Copa viraba para San Mamés… Pero llegó la última jugada del partido, Salva, que hizo un partidazo, colgaba la bola, la peinab atrás un central vasco y Rodri, solo ante Aitor Fernández, lo batía sin piedad con un zurdazo cruzado. Entonces llegó el verdadero delirio en la porción de la grada que sentía en nervionense, que ya se daba por derrotada.
Con el 2-2 nos íbamos a la prórroga, más fuertes en lo anímico y mejores en el campo gracias a que ellos habían retirado a parte de sus jugones.
Y así, con ese subidón que te da el meterte en la prórroga cuando todo parecía perdido, los nuestros arrancaban el tiempo extra hiperenchufados. Cuando el crono marcaba el minuto 100, Rodri, otra vez, volvió a montarla. El delantero enganchó un cuero en el área, alzó la cabeza, fijó su objetivo y adentro. Ahora sí, aunque todavía quedaban 20 minutos por delante, parecía que la final no se escapaba. De hecho, a partir de ese momento el partido se enredó en un sinfín de expulsiones y tarjetas, saliendo claramente perjudicado el Sevilla, que acabó jugando con nueve, pero aún así, siempre muy seguro, con un Dani Jiménez soberbio.
Y de ahí, no sin sufrir debido a la lamentable, pésima y partidista actuación del árbitro, hasta el final, done la locura se adueñaba del pequeño estadio de Nerja y envolvía a los nuestros en una felicidad infinita.
El División de Honor se proclamaba bicampeón de la Copa, como ya habían hecho antes los mayores con al UEFA.
Desde aquí queremos felicitar a los chavales de Tejada por este magnífico triunfo y, como siempre, a nuestra afición, que tiñió de rojo y blanco sevillista las gradas, animando a los nuestros hasta cuando todo parecía perdido.
Y como no, también felicitar a nuestro socio Antonio y a su mujer Concha, por haber estado presentes en la final. Esperemos que hayan disfrutado de lo lindo (me consta, por la llamada de teléfono que me ha permitido vivir el ambiente al final, que así ha sido) y les emplazamos a que nos permitan ver las fotos que esta tarde han tomado en Nerja.
Estamos lejos pero siempre estamos.
Felicidades a todos los sevillistas, volvemos a ser campeones si es que alguna vez dejamos de serlo.