Partido bronco y poco vistoso el que se disputó ayer en un Reyno de Navarra que hacia 16 años que no veía una victoria sevillista.
Los nuestros, sabedores del tipo de partido que les iba a tocar vivir, salieron al campo luciendo centímentros y músculo, dejando claro a los navarros que no se iban a amilanar ante un partido tosco.
Los minutos pasaban con el equipo bien asentado atrás, sabedores de que en alguna jugada de peligro, la calidad de los de arriba decidiría el match tarde o temprano.
Así, en el minuto 30, un centro de Adriano que dejó a su marcador atrás en un sprint digno de Usain Bolt, lo remataba en boca de gol Negredo haciendo el primero de la noche.
No había hecho falta mucho par aponerse por delante, de forma que el Sevilla siguió a lo suyo, asegurando su portería y confiando en los de arriba.
El tiempo avanzaba y Osasuna se diluía entre la buena defensa sevillista, inciada en la presión del medio campo y la fortaleza de los de atrás, y sus contínuas protestas al árbitro lo que aprovechó el Sevilla para hacerse fuerte y volver a demostrar una pegada insuperable con el segundo de al noche, esta vez a cargo de Kanouté.
De ahí al final, poco fútbol y mucho balón aéreo, hasta que Clos Gómez pitó el final de los 90 minutos y los nuestros cerraban una racha que duraba ya 16 años y se volvían a Sevilla con los 3 puntos.